Experimenta la pasión en cada rincón
La Hermandad fue establecida en 1957 en la Iglesia de San Ignacio, bajo la iniciativa de Don Manuel Rus Cejudo y con la colaboración de la Reverenda Madre de la Congregación de las Hijas de la Caridad, Sor Felisa Ancín. Su primera procesión tuvo lugar en 1958, marcando el inicio de la Semana Santa en la mañana del Domingo de Ramos. Este día amanece claro y luminoso, llenando de alegría a los devotos cofrades de Baeza, quienes viven con profunda devoción los días previos a su Fiesta Mayor. La procesión es especialmente alegre para los niños, quienes desempeñan un papel protagonista vistiendo atuendos similares a los hebreos de la época.
En el corazón de los hermanos reside un lugar especial, que se remonta al 31 de agosto de 1985, cuando se fundó la congregación de esta cofradía. E
sto fue el resultado del deseo de un grupo numeroso de jóvenes de incorporar a la Semana Santa de Baeza un nuevo paso de misterio. Se eligió el momento evangélico de la Última Cena de Cristo, una advocación de gran significado eucarístico que tiene su origen en la Santa Iglesia Catedral. Esto culminó en un testimonio de fe hacia Jesús Sacramentado, que ha estado presente en la procesión del Corpus Christi y en la Adoración Nocturna al Santísimo desde 1887 en este templo.
Esta hermandad, de origen trinitario como lo demuestra su insignia actual, es la más antigua de la provincia que venera a Jesucristo orando en el huerto de los olivos, habiendo sido fundada en 1878. La cofradía de la Sangre de Cristo del convento de la Trinidad Calzada encargó al escultor Pedro de Zayas en 1628 la creación de un paso que representa la Oración en el Huerto.
Los nazarenos, vestidos con el color de la caridad según sus estatutos, se acercan poco a poco, fundiéndose con la oscuridad de la noche. Estos devotos se disponen a acompañar a Jesús en su oración en Getsemaní. Con el deseo de no quedarse dormidos, emplean las últimas energías del día para acompañarlo hasta que las puertas del templo que lo alberga se cierren una vez más. Esto marca el comienzo de otra noche oscura, donde la fe y la esperanza envuelven sus corazones.
La Iglesia de San Juan Evangelista, considerada la iglesia universitaria por excelencia en Baeza, albergaba en su altar una imagen de Cristo crucificado. La Universidad de Baeza, fundada en el siglo XVI por el Doctor de la Iglesia, San Juan de Ávila, ha tenido una estrecha relación con esta hermandad. Fundada en 1980 y conocida como “Los Estudiantes” o “Las Escuelas”, la hermandad ha evolucionado con el tiempo y ha incorporado dos nuevos titulares: San Juan de Ávila, el primer rector de la Universidad baezana, y María Santísima Madre de Dios en su Limpia, Pura e Inmaculada Concepción, que llegó a Baeza el 12 de septiembre de 2015.
Fundada en 1982, con la motivación esencial de defender los valores de la tradición eclesiástica y del Papado en una época en la que el laicismo comienza a aflorar. Fue acogida por el convento San Antonio de Padua, de franciscanas clarisas las cuales ceden en 1983 una imagen para que procesione ese año. Y siendo ese mismo año también encargada la imagen actual a D. Miguel Ángel Pérez Fernández.
El silencio de la noche se quiebra con el sonido de un tambor profundo, mientras la campana tañe con solemnidad y la Coral Polifónica anuncia la salida del Cristo Muerto a las calles de Baeza. Estas calles, estrechas y silenciosas, adquieren una atmósfera sombría a medida que avanzan las horas, recibiendo con pesar a Jesús.
En 1648, se tiene constancia en Baeza de la existencia de una imagen bajo la advocación de la Columna, aunque la primera referencia documental sobre su presencia data de 1752 y proviene de la ya desaparecida iglesia de San Vicente. Según fotografías antiguas, esta imagen parece haber sido una hermosa creación de la escuela granadina de finales del siglo XVI, caracterizada por una columna alta, típica de esa época. La cofradía de la Columna fue la primera en Baeza en erigirse como una parroquia, y experimentó un gran auge en el siglo XVIII. Sin embargo, debido a los cambios históricos, sufrió un declive que la llevó a ser reorganizada a mediados del siglo XIX, manteniendo su sede canónica en la parroquia de El Salvador hasta la actualidad.
Esta hermandad fue fundada en el ya desaparecido Convento de San Basilio Magno, perteneciente a los Carmelitas Descalzos, en el año 1698, con el propósito de rendir culto a una imagen preexistente que aún hoy en día es la imagen titular de esta cofradía. Esta imagen es sin duda una destacada joya escultórica en la Semana Santa Baezana. Tras la exclaustración de 1835, la hermandad se trasladó al Convento de Santa Catalina y, en 1869, a su actual sede canónica, el Convento de Santa María Magdalena, que pertenece a las Agustinas Recoletas. La advocación de esta hermandad está relacionada con el Carmelo desde sus inicios, debido a la visión que tuvo San Juan de la Cruz ante Jesús Nazareno en el Convento de Segovia.
La imagen del Santísimo Cristo de la Yedra, que permanece venerada durante todo el año en el Santuario de La Yedra, presenta una expresión muy serena, y la inclinación de su cabeza indica que Nuestro Señor Jesucristo ya ha fallecido en la Cruz. Esta escultura, realizada en madera policromada en tonos oscuros, es una obra de Amadeo Ruiz Olmos, creada en 1944 y de tamaño natural. Evoca a la imagen original de 1410, que lamentablemente fue destruida en los sucesos de 1936. El Cristo porta una corona de espinas y unas potencias realizadas en 2011 por la Orfebrería Orovio de la Torre, un obsequio de su Cofradía Hermana de la Santa Vera-Cruz.
La primera referencia documentada sobre una hermandad de carácter pasional en Baeza data de 1411. En 1614, Gaspar Salcedo de Aguirre la consideró una de las cuatro devociones más importantes del Obispado de Jaén.
El origen de la hermandad se remonta a las primeras décadas del siglo XVIII, cuando la devoción al Cristo de Mamora, popularmente conocido como Cristo de Medinaceli y rescatado en Argel en 1682, comenzó a difundirse entre los conventos trinitarios. Sin embargo, las primeras referencias documentales de la hermandad datan de 1736, mencionando la donación de una imagen en este convento de la Trinidad Descalza.
Tras la pérdida de sus enseres durante los años de la Guerra Civil, la Cofradía se reorganizó en el año 1944 y estableció su sede canónica en la parroquia de Santa María del Alcázar y San Andrés Apóstol, donde permanece en la actualidad.
La hermandad se fundó originalmente en el desaparecido convento de la Trinidad Calzada, ubicado en el Ejido. En la tarde del Jueves Santo, realizaba una estación de penitencia visitando siete iglesias, y en ella participaban tanto cofrades de “sangre” como cofrades de “luz”. Alrededor de 1590, la hermandad trasladó su sede al convento de San Francisco, donde poseía un rico patrimonio que incluía varias imágenes, como el Ecce Homo titular, el Señor de la Demanda para cuestaciones, una Dolorosa y el paso procesional de Jesús del Mandato o Lavatorio de Jesús con San Pedro.
Tras la exclaustración de 1835, la hermandad se trasladó a su sede actual, la parroquia de El Salvador. Desde 1988, la hermandad tiene como Hermana Mayor Honoraria de la Cofradía a la Academia de la Guardia Civil de Baeza.
El origen de la cofradía nos lleva al siglo XVI, cuando se estableció en el Convento de San Francisco de Baeza lo que hoy conocemos como la Hermandad de la Vera Cruz, en torno a la devoción a un Cristo Nazareno y la imagen del Cristo de las Gracias, un crucifijo que representa a los ladrones San Dimas y Gestas. Durante las primeras décadas del siglo XX, comenzó la separación de ambas cofradías, y la Hermandad del Calvario mantuvo su estatus de Venerable e Ilustre, con su fecha de fundación oficial en 1916.
Sin embargo, diversos acontecimientos, como un incendio en la Iglesia de la Santa Cruz en 1926 y la Guerra Civil, provocaron la desaparición de las imágenes originales y los enseres de la cofradía. La Hermandad también dejó de existir hasta 1961, cuando la familia Jurado la reorganizó en la Iglesia de la Santa Cruz.
La cofradía fue establecida en el año 1603 por los Trinitarios Calzados en el ya desaparecido convento de la Trinidad de El Ejido. Desde sus inicios, se denominó “La Sangre de Cristo”, aunque más tarde, debido a su naturaleza benéfica, también pasó a ser conocida como “Cristo de la Salud”. En las últimas horas del Jueves Santo, la Hermandad de la Sangre realiza su procesión por las calles de Baeza, con largas filas de penitentes que portan cirios de intensa llama y visten túnicas que evocan el antiguo hábito de los Trinitarios Calzados.
Esta cofradía fue establecida en el año 1945, durante los difíciles años de la posguerra. Un grupo de jóvenes entusiastas se interesó por una imagen de la Virgen Dolorosa que se encontraba en la parroquia de San Andrés y que procesionaba junto al Cristo de la Salud. Decidieron fundar una Hermandad Sacramental y dedicaron sus mejores esfuerzos a esta causa. El 7 de diciembre de ese mismo año, los primeros estatutos de la cofradía fueron aprobados por el obispo de la diócesis.
Un silencio sepulcral domina el ambiente, solo se escucha un golpe en el llamador. El sonido de una banda de jóvenes tambores marca el inicio del cortejo y, al mando del capataz, la Reina del Jueves Santo comienza a avanzar. Es llevada con suavidad por los horquilleros, quienes avanzan lentamente por la larga calle del Rojo.
La primera hermandad fundada en Baeza data del año 1540 y fue establecida por la Orden Franciscana. Aunque las primeras Ordenanzas registran esta fecha, es posible que la hermandad haya sido fundada antes, ya que en 1410 un sacerdote, familiar de San Vicente Ferrer, dejó en su testamento la indicación de que un Crucificado que había tallado debía pasar a la cofradía de la Vera Cruz, que se encontraba en el convento de San Francisco.
Durante los siglos XVII y XVIII, la hermandad tuvo su sede en el Monasterio de San Francisco. A principios del siglo XVIII, procesionaban imágenes de San Francisco de Asís, La Santa Cruz, Nuestro Padre Jesús y el Crucificado con los dos ladrones. En el siglo XIX, debido a un terremoto que dañó el convento de San Francisco y a los eventos relacionados con la invasión francesa y la desamortización, la hermandad se vio obligada a trasladarse a la Iglesia de la Santa Cruz, donde aún tiene su sede canónica.
Esta hermandad fue fundada en el convento de Carmelitas Descalzos de San Basilio Magno en el año 1587. Inicialmente, la hermandad tenía una condición muy humilde y sus miembros estaban adscritos al gremio de los cardadores de lana. Sin embargo, debido a desacuerdos con los religiosos del convento, poco después se trasladó al convento de la Orden de la Merced, donde ya se encontraba en 1610. Permaneció en este lugar hasta principios del siglo XIX, cuando se estableció de manera definitiva en la Parroquia de San Pablo. La puerta de la parroquia de San Pablo ya está abierta y el sol ilumina la mirada más impactante de la Semana Santa de Baeza: el Señor del Paso, que sale en procesión. Su rostro habla por sí solo y transmite una profunda emoción.
El origen de esta hermandad, popularmente conocida como “Las Tres Marías”, se remonta a la ceremonia o drama sacro del “Desclavamiento”, que se llevaba a cabo en la iglesia de San Pablo hasta finales del siglo XVIII cada Viernes Santo. Después de los eventos de 1936, y tras la pérdida de su patrimonio, la hermandad fue reorganizada en 1942 en el convento de San Antonio de Padua. Sin embargo, en la actualidad, su sede canónica se encuentra en la Iglesia Parroquial de San Pablo.
Nos encontramos ante un impresionante paso de misterio de estilo neobarroco, siguiendo la influencia de matices y perspectivas del conjunto de la Quinta Angustia de Sevilla.
La cofradía fue fundada en el Convento de la Merced en 1603, destacándose desde sus inicios por sus obras de caridad y su contribución al sostenimiento del convento. Realizaba su procesión penitencial a la una de la tarde del Viernes Santo, haciendo paradas en varios templos de la ciudad. La cofradía desapareció durante algunos años, pero en 1830 se decidió reorganizarla, incorporando entonces a la procesión una imagen de la Virgen, San Juan y la figura de San Pedro de Nolasco, fundador de la orden de la Merced. Estas imágenes se perdieron con el tiempo y nunca fueron recuperadas. La sede actual de la hermandad es la Iglesia Parroquial de San Pablo.
La segunda cofradía pasionista fundada en Baeza lo hizo en 1551. En 1679, por razones que se desconocen, se trasladó desde el Convento de la Victoria, de los Mínimos de San Francisco de Paula, a su sede actual, la Parroquia de San Pablo. En esta iglesia, desde el siglo XVIII, se llevaba a cabo la ceremonia del “Desclavamiento”, seguida de la procesión de un santo féretro junto a las Santas Mujeres y San Juan. La imagen de la Virgen era representada como una Stabat Mater al pie de la Cruz. Sin embargo, cuando las autoridades políticas de Carlos III prohibieron el teatro sacro en 1784, la hermandad promovió el rezo del Rosario y comenzó a procesionar con tres grupos: San Pablo, los Santos Varones y la Virgen de las Angustias, transformada en una Piedad con Cristo en su regazo.
Los orígenes de esta hermandad se remontan a la antigua Cofradía de la Soledad, fundada en el desaparecido Convento de Santo Domingo. Sin embargo, debido a los eventos de 1812 y posteriormente en 1836, a raíz de la desamortización de Mendizábal, la hermandad se trasladó a la Iglesia de Santa María de Gracia, que era filial de la Parroquia de Santa María del Alcázar y San Andrés Apóstol. Después de sufrir la pérdida de sus enseres en 1936, la hermandad tuvo que reorganizarse, y lo hizo en 1942 en el Convento de la Encarnación de Carmelitas Descalzas. El Santo Entierro es la procesión oficial del Viernes Santo, y en ella participan las autoridades civiles y religiosas, así como las insignias de las demás cofradías de la ciudad.
Fundada en 1930 como una asociación seglar de señoras, esta hermandad ha tenido desde sus comienzos su sede canónica en la Hermandad de la Iglesia de la Concepción de Nuestra Señora. Lleva el mismo título que la famosa imagen que Gaspar Becerra labró en Madrid en 1565. En la procesión, el sobrecogedor silencio solo se rompe con el sonido de las campanas que tocan los niños que abren la procesión. Sin fuerzas y rota en la noche solitaria, no hay consuelo para una madre que acaba de ver morir a su hijo.
La cofradía fue fundada en 1553, lo que la convierte en una de las más antiguas de Baeza y una de las primeras hermandades de la Virgen de la Cabeza. En 1654, esta cofradía fue una de las 68 que participaron en la procesión a la romería del Cerro del Cabezo.
Inicialmente, la hermandad se erigió en el desaparecido Convento de la Merced Calzada y, después de la desamortización de 1836, se trasladó al Convento de San Antonio de Padua, que pertenecía a las Franciscanas Clarisas. Fue en este último lugar donde se encuentran las primeras referencias documentales de la presencia del Niño Jesús de Gloria.
Esta cofradía de Resurrección es una de las más antiguas de España, fundada en 1910. Inicialmente se estableció en la Parroquia de Santa María del Alcázar y San Andrés Apóstol, gracias al impulso de D. Andrés de la Poza Díaz. Los títulos de “Pontificia” y “Real” se le concedieron poco después de su fundación, en 1924 y 1926, respectivamente.
La advocación de San Cristóbal se incorporó en 1975 a raíz de la fusión con la Hermandad de Gloria de este nombre. Desde 1994, la cofradía es la procesión oficial de Resurrección en Baeza y cuenta con la participación de todas las hermandades que forman parte de la Agrupación Arciprestal de Cofradías de la ciudad, así como de autoridades religiosas y civiles.
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